miércoles, 29 de abril de 2015

METEOROLOGIA

Si supieras algo de meteorología,
de borrascas,
de bajas presiones,
tal vez entenderías
por qué la cama olía a tierra mojada.
Si tuvieras conocimientos
de ciencias naturales,
de botánica,
sabrías por qué creció el musgo
entre los pliegues de las sábanas,
o la razón por la cual,
la hiedra se enredó en el colchón
inmovilizando los instintos.
Si hubieras tenido
una pizca de sentido común
y una buena dosis de coraje,
habrías abierto la ventana
para ventilar el dormitorio
y hubieras saltado al vacío,
sin paracaídas.

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