miércoles, 29 de abril de 2015

N0-SE-VOLAR

Todos me lo dicen:
-¡tienes que volar!-
pero yo,
¡no-sé-volar!,
Alguien se olvidó de ponerme mis alas.
Cuando era niña,
caía como un plomo en los charcos,
de las bicicletas,
por los terraplenes,
incluso de la cama.
En la adolescencia,
seguí haciendo intentos inútiles
para lograr elevarme a las alturas,
pero fue inútil,
¡yo-no-sé-volar!
Algunas veces,
encontraba plumas en el colchón,
pero estaba convencida
de que no eran mías.
La madurez me hizo darme cuenta
de que siempre he puesto escusas,
de que he echado la culpa a los demás
de mi incapacidad,
de que, realmente,
me negaba a intentarlo.
Ahora empiezo a pensar
que, tal vez,
esas plumas del colchón,
sí sean mías.

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