miércoles, 29 de abril de 2015

TE ENCONTRE


Te encontré en unas manos plagadas de metralla,
en el revoloteo de unas alas de vencejo,
en el agonizante caminar de la fiera malherida,
en la visión distorsionada del insecto.
Te encontré en las ruinas de un castillo de naipes,
en una apuesta perdida de antemano,
en la ribera de un río subterráneo,
en la periferia de una cuidad imaginaria.
Te encontré en el límite de los terrenos pantanosos,
en el horizonte donde perdemos la perspectiva,
te encontré,
si,
te encontré.
Y nunca,
nunca
volveré a buscar el fulgor
en otros astros que no sean los tuyos.

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